Pedruel -Tozal de Cubilás - Cabezo de Guara

Exigente recorrido en el que nos embarcamos mi hijo Diego y yo. No hay más dificultad que la extrema aridez de la ruta, el fuerte desnivel acumulado y el calor que ya se ha apoderado de la sierra de Guara. Suficiente para volver muy cansados, pero satisfechos. La ruta que hicimos se sale en ocasiones de los caminos trazados para poder contemplar algunos rincones salvajes del Alcanadre, esto a costa de caminar sobre erizones y gleras desoladas. De Guara ya se sabe, pantalón largo y mucha agua en la espalda.

Hemos avanzado rápido hasta cuello Reguero. En lugar de dirigirnos hacia Cuna Alta, hemos recorrido el fresco vallecillo que forma la mallata Reguero, el objetivo acercarnos a Peña Castillazuala.  Tras un breve tramo por erizones encontramos una maltrecha senda que nos sitúa en la siguiente panorámica: El tozal de la Cabeza de Guara aparece a la izquierda, enfrente la sierra de Lupera, con Peña Ruaba como cota máxima. A nuestra derecha , ya modesta, Peña Castillazuala.




















Vamos en busca del camino que viene de la Cuna Alta. Aunque es temprano el sol comienza a hacerse valer. Abajo queda ese remanso de frescor que es la mallata Reguero, leve declive longitudinal paralelo a la sierra de Arangol donde el praderío aparece constreñido por quejigos  y bojes. La peña Castillazuala presenta su vertiginoso flanco norte. Al fondo la sierra de Balcés. La canícula, que ya comienza a hacerse presente, desdibuja las formas cúbicas de Rodellar.






















Ya tomado el sendero que viene de Cuna Alta, resulta más cómodo caminar. A la izquierda, más lejano, está el que será nuestro primer objetivo, el tozal de Cubilás. Más próximo en el centro, el cabezo de Guara.  Aparecen algunas zonas de pasto. En el centro, cerca de las verticales paredes que  terminan en Gorgas Negras está la mallata Cambol.  El señor Paulino, último residente de Pedruel, nos ha contado hace escasamente un par de horas, antes de salir, que desde Rodellar subían hasta allí con las mulas y en ese recóndito lugar cultivaban el trigo. Ahí es nada.




















Si el relieve de la sierra es en ocasiones extremadamente abrupto, sorprende la suavidad de las líneas que encontramos en sus cimas. Desde el tozal de Cubilás las formas del cabezo de Guara son suaves. Su configuración caliza produce estos relieves de dulces hondonadas, como es el caso de este valle kárstico que separa un tozal de otro. Las Gralleras  es el topónico del lugar, aludiendo a las simas que horadan el fondo del valle



















En contraste, la cara sur del tozal de Cubilás, está surcada por innumerables barrancos. La atmósfera está cargada y no se aprecia en toda su magnitud la extensión de la hoya. Entre la calima parece un océano terroso. Al pie de la sierra, la localidad de Santa Cecilia, de donde sale una marcada y más cómoda  senda  para subir a este mismo lugar.























La continuidad de la sierra  se extiende hasta el Tozal de Guara, extremo occidental y máxima altura de la sierra.


















La compleja orografía de la Sierra  de Guara queda patente en la red de barrancos que la surcan. Pliegues descarnados, profundas foces. Recónditos  pueblos, ermitas, pastos para el  sufrido ganado. El embalse de Vadiello tan apenas asoma a los pies de los mallos de Ligüerri.


En el camino de vuelta , el objetivo siguiente es el tozal del Cabezo de Guara. Trazamos una ruta que nos aleja de los erizones, aprovechando antiguos caminos de pastoreo que, atravesando las Gralleras, nos permite acometer cómodamente la subida al Cabezo.
No se ve con claridad el Pirineo axial, pero a cambio se ha creado una sugerente sucesión de siluetas horizontales. Olas de montañas que van creciendo en altura a medida que se las divisa más lejanas.  Es una visión del pasado. Extensos mantos rocosos de corrimiento se deslizan de norte a sur, plegándose a medida que opone resistencia la placa tectónica africana. De esta confrontación de fuerzas telúricas surgen las olas pétreas, las sierras que paralelas entre sí se extienden hasta la gran ola, aquella que dibujan los Pirineos que coronan los tres mil metros.





















Ya en el Cabezo de Guara, es preciso alejarse del vértice geodésico para poder apreciar el atractivo de este punto: la visión de la garganta de Gorgas Negras. No hay fotografía que pueda hacer justicia a semejante paraje. El río Alcanadre aparece frente a nosotros, en un corte rectilíneo, tan apenas imperceptible, debido a su profundidad del tajo que provoca. Luego gira bruscamente para pasar paralelo a nosotros.  Un pliegue tumbado muestra su corazón , con aguda uve tendida hacia occidente, como una flecha. Bajo nuestros pies nos imaginamos que sólo hay aire, y rocas.



















Me llena de  gran satisfacción  que esté Diego aquí.























Algunas de las plantas que hemos visto durante el recorrido:

Androsace vitaliana es una pequeña primulácea que encontramos formando cojinetes en los suelos rocosos de ambos tozales.

Otra colonizadora de suelos áridos y rocosos, también formando redondos cojines, esta vez de vistosas flores blancas. Arenaria tetraqueta, subs. tetraqueta es habitual una vez se ha superado la mallata de las Cabras.

Con las mismas estrategias de supervivencia en un ambiente duro, en el que se alternan con brusquedad los fríos inviernos , los veranos tórridos, y la primavera es cortísima, Globularia repens ocupa similares nichos ecológicos que las anteriores.


Viviendo a contrareloj, esta pequeña crucífera, Aethionema marginatum ya ha desarrollado numerosos pisos de frutos. Debajo unas redonditas hojas elaboran el sustento de tan atrevida labor reproductiva. Vive, al igual que las anteriores en los rellanos superiores de la sierra.


Asomándose a los cantiles que bordean la mallata de las Cabras, Saxifraga fragilis aporta una nota delicada entre tanta rudeza.

Brimeura amethystina alegra los prados en las mallatas.


La mallata Reguero es la excepción fresca y húmeda de esta parte de la sierra. Aquí crece la orquídea Platanthera chlorantha



Algunos datos de la ruta:
3 de junio 2012
Pedruel  682 mts.
Tozal Cubilás 1.942 mts.
Cabezo de Guara 1.870 mts
Desnivel máximo desde Pedruel 1.240 metros
Ascensión acumulada  1.764 mts
Longitud del trayecto. 22,5 Kms.
Llevábamos 5 litros de agua entre los dos, pero si hubiéramos llevado 2 ó 3  más no habría estado estado de más.


Track de la ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8239398

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